En España aproximadamente el 15 % de las parejas presentan problemas de fertilidad. En los centros de reproducción asistida de nuestro país se realizan unos 50000 tratamientos anuales de fecundación in vitro estimándose que el 3% de los recién nacidos se han concebido mediante este método. Pese a estos datos, cada día muchas parejas tienen que afrontar no quedarse embarazada tras haber seguido un tratamiento de fertilidad.  Aunque los avances en reproducción asistida se suceden a una velocidad muy superior a otros campos de la medicina, las tasas de éxitos tras un tratamiento de fecundación in vitro no superan el 50% cuando se usan óvulos propios o un 65% al utilizar óvulos donados. Pacientes y profesionales, aun asumiendo esta situación, han de buscar optimizar las posibilidades de éxito década pareja  aplicando  los mejores recursos médicos y humanos en cada tratamiento.

FACTORES DEPENDIENTES DE LA PACIENTE

Son varios los factores que influyen en que se obtenga éxito en un tratamiento de fertilidad. Desde un punto de vista docente, distinguimos dos grandes factores: la calidad del embrión que se implanta (calidad embrionaria) y el estado del útero donde lo hace (receptividad endometrial).

La calidad del embrión depende  de la calidad de cada uno de los gametos (óvulos y espermatozoides), siendo la calidad del óvulo más relevante que la del espermatozoide.

La calidad del óvulo depende fundamentalmente de la edad de la mujer. Al nacimiento, cada mujer dispone de una determinada cantidad de óvulos que, desde las primeras menstruaciones, se van “gastando” en las sucesivas ovulaciones de tal manera que con el paso de los años cada vez quedan menos óvulos y de peor calidad. La naturaleza selecciona los mejores óvulos para liberarse a edades más tempranas  (por ello las mujeres de entre 20 y 30 años consiguen embarazos con facilidad) y deja los de peor calidad para el final de la vida reproductiva (desde los 37 a los 45 años). El hecho de ser óvulos de peor calidad, que acumulan más defectos en la carga genética, justifica que, con el paso de los años, sea más difícil conseguir embarazo, haya más probabilidad de sufrir abortos o aparezcan problemas cromosómicos en el feto como el síndrome de Down)

Aunque no disponemos de medios específicos para evaluar la calidad de los óvulos, sabemos que la calidad de los mismos va asociada a la cantidad de óvulos existente (reserva ovárica) que podemos estudiar mediante pruebas ecográficas (recuento de folículos antrales ) y analíticas (hormona antimulleriana).

Además, la cantidad de óvulos presentes en el ovario y potencialmente recuperables tras la estimulación hormonal en un ciclo de fecundación in vitro, determina el número de embriones que se pueden obtener lo cual también influye indirectamente en la calidad final de los embriones disponibles a transferir ya que cuantos más embriones se hayan generado, más capacidad de selección tendremos para elegir los de mejor calidad para transferencia.

Las causas anteriormente expuestas determinan que  las tasas de embarazo tras fecundación in vitro dependen de la edad de la mujer declinado desde un 50% a los 35 años hasta un 10% por encima de los 40 años.  En donación de óvulos, al partir de óvulos de menos de 30 años podemos alcanzar tasas de embarazo cercanas al 65%.

En el factor masculino, la presencia de un mayor número de gametos en cada muestra (millones de espermatozoides) entre los que elegir los pocos que se van a utilizar para fecundación in vitro permite suavizar los problemas leves de calidad eligiendo los más aptos para el tratamiento. Los problemas graves en la cantidad y calidad de espermatozoides limitan las posibilidades de embarazo al influir en la tasa de fertilización (número de óvulos fecundados que evolucionan a embriones) y calidad de los embriones obtenidos.  Para estudiar el factor masculino disponemos de distintas pruebas de laboratorio cuantitativas y cualitativas. (Espermiograma, test de capacitación espermática, test de fragmentación de ADN de espermatozoides, FISH…)

El útero materno constituye el otro determinante de la implantación embrionaria y por tanto de la consecución de embarazo tras fecundación in vitro.

La presencia de patología orgánica cómo pólipos, miomas, malformaciones congénitas como la presencia de septos o tabiques, en tanto en cuanto que deforman la cavidad uterina y la correcta funcionalidad de la misma, disminuyen las posibilidades de embarazo. Mediante el uso de ecografía, histerosalpingografía, resonancia magnética e histeroscopia se puede evaluar la repercusión de dicha patología en el tratamiento.

La receptividad endometrial puede ser evaluada mediante pruebas analíticas, anatomopatológicas y ecográficas que estudian el endometrio en sí o analizando distintos aspectos maternos globales que pueden influir en el mismo como la coagulación sanguínea o inmunidad general.

FACTORES DEPENDIENTES DE LA CLÍNCIA DE FERTILIDAD.          

 Especialización y competencia del personal médico.

La fertilidad es un campo de la medicina que está en continuo avance y que requiere del especialista una constante actualización en conocimientos. La aparición de nuevas técnicas y protocolos, unidos a los avances técnicos en laboratorio, hacen necesario una especialización absoluta de los ginecólogos que se dedican a la fertilidad.  Otro punto clave es la experiencia médica, identificar y corregir los posibles problemas que puedan aparecer durante el tratamiento es fundamental para contar con las máximas posibilidades. Por todo ello, sólo desde la dedicación exclusiva de los centros a la fertilidad que permite acumular una alta casuística se pueden obtener las mejores posibilidades de éxito. Instituto AVANTIA es un centro que se dedica exclusivamente a estudiar y tratar los trastornos de la fertilidad, el análisis de nuestra propia experiencia junto a la continua actualización en conocimiento de sus profesionales, permite a Instituto AVANATIA de fertilidad optimizar las posibilidades de embrazo de cada pareja.

Recursos y funcionamiento del laboratorio de fecundación in vitro.

Junto a la competencia del personal de laboratorio, el equipamiento técnico del mismo, incorporando los últimos avances tecnológicos en la materia constituyen una característica diferencial en los centros dedicados a la reproducción asistida.

El mejor aparataje se debe acompañar del mejor funcionamiento en los distintos procesos que se desarrollan en el laboratorio de fecundación in vitro.

Instituto AVANTIA de fertilidad ha obtenido la acreditación UNE 179007 otorgada por bureau veritas que acredita la calidad del laboratorio de reproducción asistida. Esta norma europea, promovida por la Asociación para el estudio de la biología de la reproducción (ASEBIR) acredita que cada uno de los procesos que se realizan en el laboratorio cumple con los estándares de calidad que exige la asociación. Instituto AVANTIA de fertilidad es el único centro en Granada y uno de los únicos ocho centros a nivel nacional merecedores de tal acreditación.

Técnicas médicas y quirúrgicas complementarias en fertilidad.

La disponibilidad y el dominio de los métodos quirúrgicos complementarios en fertilidad como histeroscopia y laparoscopia, así como la disponibilidad de especialistas en ramas relacionadas con la reproducción asistida como la genética, andrología, anestesia… permiten la resolución de problemas reproductivos complejos. Nuevamente la especialización y dedicación exclusiva del centro a la reproducción asistida permite alcanzar los mejores resultados.

Apoyo humano.

La atención a la vertiente humana de la pareja es tan importante como la puramente científica para obtener un buen resultado. Tratamos personas no gametos. Bajo esta premisa en Instituto AVANTIA disponemos de un gabinete de apoyo psicológico  con especialistas en psicología de la reproducción  a disposición de nuestros pacientes. La empatía y cercanía del personal del centro, así como el diseño de las instalaciones buscando la máxima comodidad y privacidad también permiten a las pacientes sentirse más cómodas y hacer más llevadero el tratamiento.