2017
El diagnóstico precoz y la mejora en la eficacia de los tratamientos contra el cáncer han permitido en los últimos años aumentar de manera importante la supervivencia tras este tipo de enfermedades. Ahora, uno de los grandes retos es que, una vez vencido el cáncer, los pacientes puedan continuar el desarrollo de su proyecto vital incluyendo la posibilidad de tener un hijo.
Una secuela habitual del tratamiento quimioterápico es la esterilidad secundaria a la destrucción de los gametos tanto femeninos (óvulos) como masculinos (espermatozoides). Actualmente la medicina reproductiva dispone de distintas armas para intentar evitar o superar dicho problema.
Ante un diagnóstico de cáncer y la eventual necesidad de necesitar tratamiento quirúrgico o complementarlo con quimio o radioterapia, se debe ofertar la posibilidad de consultar con un centro especializado en reproducción asistida para determinar cuál es la mejor opción de preservación de la fertilidad según las circunstancias individuales de cada paciente.
La preservación de la fertilidad en hombres es un tema resuelto desde hace años con la congelación de semen que permite conservar una muestra de semen para ser después utilizada en una fecundación in vitro.
Pero uno de los grandes avances en el campo de la preservación de la fertilidad en pacientes con cáncer es la mejora que en los últimos años se ha producido con la congelación ultrarrápida o vitrificación de gametos femeninos (óvulos) o embriones permitiendo una vez superada la enfermedad, tener la posibilidad de conseguir un embarazo cuando se produce una pérdida de fertilidad secundaria al tratamiento oncológico. Los ovocitos vitrificados deberán ser fecundados con posterioridad mediante técnicas de fecundación in vitro. Este procedimiento también puede ser útil para conservar óvulos antes de cirugías agresivas por enfermedades benignas como endometriosis o otro tipo de cirugías sobre el ovario o si simplemente se desea postponer la maternidad evitando así la influencia negativa que el paso de los años tiene sobre las posibilidades de quedar embarazada.
Como se tratan de muestras muy valiosas, el semen congelado también suele ser utilizado mediante este tipo de técnicas con objeto de ser lo más ahorradores posibles y poder disponer de material para nuevos intentos de embarazo.
El procedimiento de criopreservación de óvulos se inicia con la máxima celeridad tras conocer el diagnóstico de cáncer y antes de iniciar su tratamiento. El varón deberá entregar un eyaculado que será congelado y en la mujer se iniciará la administración de un tratamiento específico mediante inyecciones subcutáneas de fácil administración que busca el desarrollo y maduración de varios óvulos simultáneamente (desarrollo folicular múltiple). La duración es de aproximadamente 10 días y durante los cuales la paciente puede realizar su vida normal, siendo necesarias unas 3-4 visitas a la clínica para monitorizar el control mediante ecografía y analíticas. En la actualidad disponemos de protocolos de tratamiento con fármacos específicos como letrozol que nos permiten realizar este procedimiento con seguridad incluso en pacientes con canceres hormonodepedendientes como el cáncer de mama. Finalmente se extraen los óvulos mediante una punción ovárica a través de la vagina utilizando anestesia para evitar molestias y se criopreservan vitrificados.
Una vez la paciente se encuentre libre de enfermedad y los oncólogos lo autoricen, dichos óvulos o embriones pueden ser desvitrificados completando el tratamiento de fecundación in vitro y posterior transferencia embrionaria. Las posibilidades de embarazo mediante esta técnica dependen fundamentalmente de la edad a la que se vitrificaron los óvulos siendo mayor cuanto más joven fuese la paciente.
Otras técnicas como la congelación de corteza ovárica y posterior trasplante a su lugar habitual o al tejido subcutáneo de distintas localizaciones, así como la transposición del ovario fuera de la pelvis para no verse afectado por la eventual radioterapia son prometedoras, pero más complejas y posiblemente con menor rentabilidad.
En el caso de que se tratase de un tumor hereditario cuya base genética este bien determinada, como los cánceres de mama asociados a las mutaciones del gen BRCA, síndrome de Lynch o síndrome de Cowden existe la posibilidad de utilizar el diagnóstico genético preimplantacional. Esta técnica permite realizar un análisis genético a cada uno de los embriones procedentes de un ciclo de fecundación in vitro para determinar si son o no portadores del gen alterado con el objetivo de seleccionar para transferencia sólo aquellos embriones sanos que no transmitirían la enfermedad a la descendencia.
La curación del cáncer es el objetivo principal y a veces hay que aceptar efectos secundarios como la esterilidad. Por ello, en el supuesto de que no se hubiese podido preservar la fertilidad antes de recibir tratamiento y nos encontrásemos en una situación de fallo ovárico o de azoospermia o cuando los ovocitos o semen criopreservados no consiguen embarazar, la donación de gametos (ovocitos o semen) permite cumplir a muchos pacientes sus deseos de tener un hijo.
Tras un escrupuloso proceso de selección en el que se evalúan desde el punto de vista psicológico y médico a los donantes y se descarta mediante pruebas serológicas y genéticas la posibilidad de transmisión de enfermedades, se somete a la donante de óvulos a un tratamiento de desarrollo folicular múltiple para extraer óvulos que son fecundados mediante fecundación in vitro con los espermatozoides de la pareja de la paciente a la que posteriormente se le transfieren los embriones generados. Esta técnica es altamente segura y eficaz para conseguir embarazo en pacientes con fallo ovárico tras quimioterapia, permitiendo incluso cuando hay embriones sobrantes, su vitrificación para intentar nuevos embarazos si la paciente desea tener más descendencia.
La variedad de técnicas disponibles hace necesario una valoración individualizada de cada caso por un centro especializado en reproducción asistida con disponibilidad para aplicar cada una de las técnicas. En Instituto AVANTIA de fertilidad tenemos el compromiso de atender y asesorar con la máxima celeridad y profesionalidad a todos los pacientes que deseen preservar su fertilidad antes de realizar tratamientos que la comprometan, para que esta actuación sirva de esperanza y les permita desarrollar una vida normal en el futuro