2018
En Instituto AVANTIA de fertilidad somos conscientes de que afrontar un problema reproductivo y la necesidad de tratamiento de fertilidad supone un estrés emocional importante para la pareja. Una de las medidas destinadas a intentar aliviar este estrés es garantizar la absoluta confidencialidad de todo el proceso.
La clínica cuenta con salas de esperas individuales para mantener la privacidad durante las visitas al centro.
En la primera visita, el personal de la recepción recoge los datos personales conforme a la Ley de Protección de Datos en despachos individuales habilitados para ello que nos permite la máxima privacidad y tranquilidad en el trato con nuestros pacientes. En ese momento, muchos pacientes coinciden en que ya bastante difícil es cruzar la puerta de una clínica de fertilidad, como para que lo sepan sus familiares, amigos o personas cercanas. En este caso nosotras les intentamos transmitir que están en buenas manos y que en nuestros actos cotidianos una de las labores primordiales es nuestro compromiso de confidencialidad con el paciente.
Otra medida destinada preservar su privacidad es que, cuando una pareja inicia tratamiento, se le asigna un número que identificará todas sus muestras, analíticas, citas y procedimientos con el fin de que no aparezca nunca su nombre e identidad real en ningún papel de la clínica.
Aunque en ocasiones puede ser molesto que solicitemos mucha información personal o que con frecuencia le pidamos autorización por escrito para poder comunicarnos con usted y remitirle información por correo electrónico y vía telefónica, ha de saber que es para cumplir escrupulosamente la ley de protección de datos personales y garantizarle la máxima confidencialidad.
Para cualquier duda y/o consulta que queráis hacer, estamos a vuestra entera disposición. Podéis contactar con nosotros dejando un mensaje en la casilla de comentarios (debajo de este artículo) o visitando nuestra Web, donde tenéis un formulario de contacto y nuestro número de teléfono: 958 08 10 49
«Clínica Avantia, donde nace la felicidad»