2020
Cuando se realiza una donación de gametos, surge la duda de si es recomendado o no el comunicar al niño o niña sus orígenes.
En este artículo intentamos resolver todas las dudas que pueden surgir a la hora de si es recomendado o no comunicar a un niño o niña engendrado a través de donación de gametos que no es hijo biológico o hija biológica del padre, de la madre o de ambos.
¿Comunicar o no comunicar al niño o niña sus orígenes?
La comunicación al niño sobre sus orígenes es un tema que suele generar muchas dudas en los pacientes que se plantean la donación de gametos. Por ello, desde la Unidad de Psicología de Clínica de Fertilidad Avantia queremos abordarlo en este artículo. Para la mayoría de pacientes, compartir esta información suele ser un proceso difícil de afrontar, debido, sobre todo, a los prejuicios existentes en nuestra sociedad y al temor ante la reacción que pueda tener el niño.
En España, la ley no contempla nada en relación a la obligación de los padres de comunicar a sus hijos nacidos por donación de gametos sus orígenes, por tanto, da total libertad a los padres/madres para que ellos decidan qué hacer.
Dos líneas de pensamiento
En relación a este tema, el Grupo de Interés en Psicología de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) nos cuenta que existen dos líneas de pensamiento, una a favor y otra en contra de la comunicación del origen. Entre los principales motivos dados por los que optan por el secreto encontramos los siguientes: la necesidad de ocultar la esterilidad, miedo a provocar problemas psicológicos o de identidad al niño, miedo a que el niño no quiera al miembro de la pareja que no aportó el gameto, temor a la respuesta que tenga el niño, miedo a que la familia y los amigos no acepten su decisión y muestren un rechazo hacia su hijo o lo discriminen. Señalan que los niños no sentirán nada diferente si son criados con amor y, sobre todo, si los padres no tienen conflictos con el hecho de haber usado gametos donados.
Desde la perspectiva opuesta, los que optan por la comunicación argumentan lo siguiente: esconderlo sería aceptar que la donación de gametos es vergonzante y reforzaría el estigma asociado con la infertilidad y la donación de gametos, el secreto es potencialmente dañino para la relación padre/madre – hijo, el hijo tiene derecho a saberlo y el deseo de privacidad de los padres no debería anteponerse a las necesidades del hijo. Señalan también que los secretos tienen efectos perniciosos tanto en el funcionamiento familiar como en el niño ya que dificultan los lazos familiares estableciendo fronteras entre los que saben y los que no y pudiendo causar ansiedad cuando los temas relativos al secreto son discutidos o aparecen en el contexto familiar. Además, en caso de que surgiera alguna enfermedad importante que precisara estudio genético, se podría cometer el error de reemplazar los datos médicos del donante por el de la madre o el padre.
Quiero comunicarlo, pero ¿cuándo y cómo?
En caso de optar por la opción de la comunicación, la pareja se plantea otra nueva duda: cuándo decírselo. Este conocimiento puede ser algo que el niño sepa desde pequeño y que crezca con él, siempre adecuando las explicaciones a la edad del niño, o bien ser algo que los padres le comuniquen cuando el niño sea mayor. Existe un cuento titulado “Mi pequeño milagro” de la Dra. Pilar Dolz del Castelllar, en el que aparece una bonita forma de explicarle a un niño pequeño el tema que nos ocupa y que puede ayudar mucho a los padres que no saben cómo hacerlo. Algo que también puede ayudar en caso de que se decidan por la comunicación es poner el énfasis no en contar el origen del niño como tal, sino en contarle al niño la historia de cómo su familia en particular se construyó. En cualquier caso, lo que sí es importante es que siempre sean los padres los que se lo comuniquen al niño.
¿Igual que la adopción?
Aunque en ocasiones se compara este tema con el conocimiento de la adopción, existen diferencias sustanciales que lo hacen distinto. El niño que nace por donación de gametos no tiene un pasado de abandono ni unos padres a los que buscar. Si no fuera por sus padres/madres, este niño no existiría ya que con un solo óvulo o espermatozoide que el donante o la donante dejaran nunca llegaría a ser persona. No existe por lo tanto el sentimiento de abandono que puede existir en la adopción. Muy al contrario, estos niños, llegan a unos padres con un gran deseo de tener un hijo y con mucho amor para darle.
Vosotros decidís qué es lo mejor
A pesar de todo lo anterior, es importante tener en cuenta que son los padres/madres los que tiene que decidir lo qué hacer y son ellos los que tienen la última palabra. Sin embargo, para tomar adecuadamente la decisión que más se adapte a su situación, es importante estar bien informado de todos estos aspectos. De todas formas, aunque es positivo que en este momento se hagan estos planteamientos, ésta no es una decisión que deba tomarse necesariamente en el momento del tratamiento y que ni mucho menos sea irrevocable. Después dependerá mucho de las circunstancias que vayan viviendo y de la personalidad del niño.
La clave: vivirlo con normalidad
Con independencia de que comuniquen al niño su origen o no, lo que sí es claro es que si viven su paternidad con absoluta normalidad y sin cuestionarla lo más mínimo, la relación con su hijo será como la de cualquier otro padre/madre.
Así ha quedado constatado en un estudio a nivel europeo de Golombok y su equipo, en el que se comparó el funcionamiento de familias con hijos de embarazo espontáneo, familias con hijos de reproducción asistida y familias con hijos de reproducción asistida con donación de gametos en lo referente a bienestar psicológico de los padres, relación entre padres e hijos y desarrollo psicológico del niño. Se comprobó que no existen diferencias estadísticamente significativas en ninguna de estas variables, salvo que las madres del grupo de donación de ovocitos, referían mayores niveles de placer o diversión en lo referente a las tareas de crianza de sus hijos.
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“Clínica Avantia, donde nace la felicidad”
Marta Fernández Domingo.
Unidad de Psicología, Clínica Avantia de Fertilidad