No es la primera vez que hablamos en este blog sobre los problemas de fertilidad o la depresión postparto. Esta vez, nos centramos en la obesidad y su papel fundamental en tu fertilidad y descendencia.

Pero primero, ¿qué se entiende por obesidad?

La obesidad se define como el cúmulo de grasa corporal, consecuencia de un ingreso de calorías superior al gasto energético. Para cuantificar esto, se utiliza el índice de masa corporal (IMC), que relaciona el peso del paciente con su altura.

Un IMC normal se considera entre 18 y 25. Por encima de esta cifra se considera sobrepeso y, si sobrepasa los 30, obesidad. Más de 40 hablaríamos de obesidad mórbida.

Haz clic aquí si quieres calcular tu IMC.

¿Cómo afecta la obesidad a mi fertilidad?

Aquellas pacientes con sobrepeso tienen múltiples alteraciones endocrinas, lo que conlleva mayor tasa de subfertilidad y esterilidad. Esto puede llevar a desarrollar problemas ovulatorios que dificultan el embarazo. Si la paciente tiene un IMC por encima de 30, se ha observado que condiciona los resultados de las técnicas de reproducción asistida ya que disminuye la respuesta ovárica, empeora la tasa de implantación y de gestación e incrementa la tasa de aborto.

Además, el exceso de peso puede afectar al embarazo de manera diferente según el punto en el que te encuentres:

• Durante la gestación: hay mayor tasa de aborto y malformaciones detales, trombosis, parto prematuro, embarazo prolongado, diabetes gestacional, entre otros.
• Durante el parto: macrosomía y distocia de hombros, alto riesgo anestésico y aumento de la tasa de cesáreas.
• Tras el nacimiento: aumento de infecciones, trombosis y depresión postparto.

¿Mis hijos sufrirán las consecuencias de la obesidad?

Normalmente, la descendencia de madres con sobrepeso tienen más riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular, obesidad, síndrome metabólico y diabetes tipo II en la adolescencia y edad adulta, además de un incremento de riesgos de trastornos neurológicos.

Siempre es importante tener un buen asesoramiento preconcepcional para ayudar a reducir los riesgos. ¡En Avantia te ayudamos!

Pero mientras tanto, aquí te dejamos unos tips para perder peso:

Dieta hipocalórica

• Dieta mediterránea variada y equilibrada. Evitar la ‘comida rápida’.
• Evitar azúcares y dulces como bollería industrial, refrescos, helados…
• Disminuir el consumo de grasas en general (mantequilla, embutidos, comidas preparadas, carnes grasas…)
• Consumir lácteos del tipo desnatados o semidesnatados.
• Tomar de manera diaria frutas y verduras, así como aumentar las legumbres y frutos secos.

Ejercicio físico

El sedentarismo está a la orden del día actualmente. La incorporación de manera progresiva de actividad física en la rutina diaria se vuelve algo indispensable. En este caso, el ejercicio moderado entre 3 y 4 horas a la semana facilita la reducción de peso y su mantenimiento a largo plazo, evita la pérdida de masa muscular y ayuda al cumplimiento de la dieta.

Apoyo psicológico

En esta época de cambios e incertidumbre, es normal sentirse perdida. Nunca viene mal el apoyo por parte de un profesional para lograr tus objetivos.

Cirugía bariátrica

Si el resto de alternativas o tratamientos no funcionan, esta puede ser una alternativa.

Para cualquier duda y/o consulta que queráis hacer, podéis contactar con nosotros dejando un mensaje en la casilla de comentarios (debajo de este artículo) o visitando nuestra web, donde tenéis un formulario de contacto y nuestro número de teléfono: 958 08 10 49

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