2021
Uno de los problemas emocionales más frecuentes a los que os enfrentáis las personas en tratamiento de reproducción asistida es el estado de ánimo depresivo que se suele dar ante el conocimiento de los problemas de fertilidad y/o tras los intentos fallidos de tratamiento.
Al hablar de este tema, es importante resaltar que estos sentimientos y emociones son completamente normales y legítimos. Es frecuente que os sintáis extraños y diferentes al resto de las parejas y que os sintáis mal, bien por el hecho de sentiros así o bien por la creencia de que este estado de ánimo puede estar siendo el causante del retraso en la maternidad.
Sin embargo, la mayoría de las personas que se encuentran en la misma situación sienten lo mismo. Son emociones que deben permitirse y no reprocharse.
Las pérdidas de los problemas de fertilidad
La presencia de problemas de fertilidad es una experiencia que puede implicar múltiples pérdidas.
Aquellas que suelen aparecer de manera más frecuente son: pérdida de control sobre múltiples aspectos de la vida, pérdida de continuidad genética, pérdida de la posibilidad de tener un hijo con la pareja con la que compartís vuestra vida, pérdida de la satisfacción física y emocional del embarazo y el nacimiento, pérdida de la oportunidad de ser padres biológicos o pérdida de pertenecer al grupo de amigos de edad semejante debido a la edad de los niños, entre otras.
Estas pérdidas pueden darse de manera repetida durante todo el proceso, y para resolverlas de una manera sana, es importante que las personas viváis el duelo respectivo.
El duelo y sus etapas
El duelo es un proceso normal y necesario que vivimos las personas con el objetivo de aceptar una pérdida y adaptarnos a ella. Y como todo proceso, tiene una serie de etapas:
- Shock: Se trata de una fase de negación. Se utilizan las defensas en un intento de negar la realidad dolorosa con las que nos acabamos de encontrar. Suelen aparecer pensamientos del tipo “esto no me puede estar pasando a mí”.
- Enfado: Es una de las respuestas más comunes. Las personas con problemas de fertilidad podéis experimentar sentimientos de incomprensión, de frustración, de injusticia hacia uno mismo (“¿Por qué yo?”) o hacia la pareja (“¿Por qué a ti?”), e incluso de humillación, por los interminables estudios, tratamientos y estrés emocional a los que estáis sometidos. En esta etapa es importante identificar este enfado, aceptarlo como algo normal en esta situación y canalizarlo de manera que sea lo menos dañino para uno mismo o para la pareja.
- Negociación: En esta etapa se siente que la situación queda fuera de control y se intenta hacer “lo que sea” para recuperarlo. Se trata de un arreglo que, ante la desesperación, se hace con uno mismo o con Dios, por ejemplo, prometiéndose cosas. Desgraciadamente cuanto más negocia una persona más pierde el control y más soledad siente.
- Desesperanza: Uno comienza a sentirse abandonado, desesperanzado y desolado. La esperanza realista es abandonada y en su lugar hay dolor, depresión e impotencia. La gran implicación emocional que todo esto conlleva ayuda a que no ser objetivos en cuanto a las expectativas. También pueden aparecer sentimientos de ser inadecuado, de culpa hacia uno mismo o de acusación a la pareja, al equipo médico o al mundo en general. En este caso, es importante tener en cuenta que vosotros no sois los responsables de la situación que os ha tocado vivir, por lo que no es justo asumir esa culpa. Será recomendable aprender a manejar estas emociones y ser conscientes de que los tratamientos de reproducción asistida se convierten en muchas ocasiones en una carrera de fondo en la que hay que administrar las fuerzas, por lo que, si es conveniente, a veces habrá que tomarse descanso entre un tratamiento y otro para recuperarse y poder seguir adelante hacia la siguiente etapa.
- Aceptación: Una vez que se pasa por la desesperación del duelo, uno comenzar a salir de él. Cuando se han manejado y expresado todas las emociones asociadas, se puede comenzar a reorganizar y aproximarse a la aceptación y resolución, renovando el sentido positivo de uno mismo a pesar de los problemas reproductivos. El camino hacia esta aceptación varía en tiempo e intensidad de una persona a otra, e incluso entre los miembros de una misma pareja. La aceptación no significa que el problema desaparezca, sino que se puede manejar y se hace de una forma sana, tanto en lo individual como en pareja, afrontando el problema aunque duela, adaptándose y controlando, dentro de lo posible, la situación. En este momento se puede tomar la decisión respecto al camino a seguir.
- Las alternativas y la esperanza: Es la etapa final, en la que se viven momentos de calma y se abren las puertas a caminos no pensados previamente pero que invitan a continuar con una vida feliz. Se pueden plantear distintas alternativas para llegar a la maternidad, o bien opciones vitales diferentes a la maternidad.
Los duelos no resueltos pueden afectar a varios aspectos de la vida a nivel físico, emocional relacional o incluso espiritual. Por tanto, es importante que, cuándo os encontréis en una situación así, os permitáis pasar por éste proceso de duelo, lo aceptéis como algo natural y necesario y busquéis el apoyo psicológico que os pueda guiar durante el proceso.
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“Clínica Avantia, donde nace la felicidad”
Marta Fernández Domingo.
Unidad de Psicología, Clínica Avantia de Fertilidad