En España se estima que casi un 15% de las parejas en edad reproductiva tienen problemas para concebir siendo casi un millón de parejas demandantes de asistencia reproductiva según el Libro Blanco Sociosanitario de Fertilidad en España publicado en 2011. Además estas cifras van en aumento a pasos acelerados, por lo que lo más probable es que todos conozcamos a alguien en esta situación que esté luchando contra la infertilidad.

Pero a pesar de lo tremendamente común del asunto, la sociedad en general no sabe responder a este problema, no existe demasiada información al respecto y hasta que no te toca directamente no comienzas a conocer en detalle lo peliagudo que puede llegar a ser. Por eso a veces nos encontramos rodeados de familiares y amigos que no saben cómo proporcionar apoyo emocional a sus seres queridos durante los tratamientos de reproducción asistida.

Mientras la pareja se mueve por los tratamientos de fertilidad pueden pasar años hasta llegar a una solución, y durante este proceso la gente que está alrededor pueden tener un papel importante, pueden darles su apoyo emocional durante ese largo y duro viaje. Pero no todo el mundo sabe qué decir, y la mayoría de las veces se termina diciendo algo equivocado, que termina haciendo el viaje mucho más duro para sus seres queridos.

Por todo esto hoy quiero hablaros sobre aquellas frases comunes que debemos evitar decir a una persona que esté inmersa en este proceso, y aquellas otras frases de apoyo que pueden ayudar. Este artículo va dirigido a todos aquellos familiares o amigos que conocéis a alguien que está atravesando este proceso y queréis ayudar de alguna manera, y también para los que os encontráis dentro de la marejada de la infertilidad y necesitáis ayuda para dar respuesta a preguntas incómodas u os gustaría decirles a vuestros allegados de qué manera oss pueden ayudar.

1. ‘Lo que tienes que hacer es RELAJARTE, y ya verás como enseguida te quedas embarazada’.

Las parejas que son capaces de concebir después de unos meses de ‘relax’ no son infértiles. La infertilidad por definición es la imposibilidad para conseguir un embarazo tras 12 meses de relaciones sexuales sin utilizar métodos anticonceptivos, incluso la OMS (Organización Mundial de la Salud) considera que el periodo para poder hablar de esterilidad ha de ser de 24 meses. Este periodo descarta a los que no son estériles pero ‘sólo tienen que relajarse’, y deja a los que ‘solo con relajarse no sirve’.

Además este tipo de comentarios suele crear más estrés, ya que puede provocar culpabilidad, la persona puede pensar que no se queda embarazada por su culpa, porque está estresada y no consigue relajarse, y esto puede generar más estrés, per se. Lo que nos podría introducir en un bucle de ansiedad.

Pero lo cierto es que hoy en día sabemos que la ansiedad no ayuda. Conocemos gracias a la investigación científica, que los grandes cambios de las hormonas del estrés (las principales son la adrenalina y el cortisol) pueden dificultar la capacidad reproductiva, por lo que un poquito de relajación sí que es recomendado. Tratar de encontrar diferentes maneras para reducir el estrés, la tensión y la ansiedad puede hacerte sentir mejor. Algunas de las técnicas que nos pueden ayudar pueden ser: aprender a respirar correctamente, estrategias para el manejo del estrés o el mindfulness, entre otras, y podemos trabajarlas en la consulta de psicología.

2. ‘Podría ser peor. No es para tanto’. ‘Simplemente podéis disfrutar de dormir toda la noche sin interrupciones’.

¿Quién tiene la potestad para decir lo que es ‘peor’? No es muy acertado decir que hay cosas peores que podrían estar pasando. Cada persona reacciona de forma desigual a diferentes experiencias. En el caso de la infertilidad en la mayoría de los casos suele sentirse como una gran crisis vital que conlleva graves dificultades emocionales. Atravesar un proceso de reproducción asistida puede ser un viaje muy doloroso.

No es adecuado quitarle importancia al asunto ni minimizarlo, por el contrario tratar de comprender cómo se encuentran puede ayudar a que no se sientan solos. Y como pacientes compartir esta experiencia con familiares y amigos puede hacer que la gente de alrededor entienda mejor a lo que nos enfrentamos, además en esas situaciones comprometidas podemos dar respuestas como: ‘Imagino que ser padre puede ser un trabajo muy difícil, pero espero algún día tener la oportunidad de afrontar ese reto’.

3. Hablar de embarazos, desde dar la noticia ‘¡Estoy embarazada!’, hasta quejarse del embarazo ‘¡Lo llevo fatal, no paro de tener nauseas!’.

Cuando alguna mujer de la familia o alguna amiga nos dan la noticia de que están embarazadas suele ser un momento bastante agridulce, puede convertirse en las palabras más difíciles de escuchar. Trata de explicarle con sinceridad por qué no puedes celebrarlo de todo corazón, como te gustaría.

En el crudo momento quizá sea de ayuda una simple respuesta corta como ‘Felicidades’, o puedes intentar algo como ‘Estoy contenta por ti, pero es difícil escuchar algo así cuando yo no puedo quedarme embarazada. Perdona, pero espero que entiendas que me cuesta escucharte hablar sobre tu felicidad en este momento. Estamos en un proceso de infertilidad y el dolor es todavía grande’.

Sabemos que cuando una mujer está embarazada puede experimentar una gran cantidad de molestias como nauseas, dolores, estrías o cansancio. Pero la persona infértil quizá piense que ella daría cualquier cosa por sufrir esos efectos secundarios con tal de estar embarazada. Todas las personas tiene todo el derecho de expresarse, pero hay que saber que puede no ser agradable de escuchar para alguien que está afrontando un problema de fertilidad.

4. No empujar a la adopción o incluso una vida sin hijos.

La adopción es una manera maravillosa de formar una familia, pero hablar demasiado pronto de alternativas puede encontrarse fuera de lugar. Además hoy en día cada vez son más las personas que deciden no formar una familia voluntariamente y dedicarse a otras facetas de su vida. Pero para llegar a ese punto primero la pareja debe atravesar un trabajo personal de asimilación y aceptación, que suele conllevar tiempo y no siempre se llega a ello.

Estar preparado para adoptar puede suponer llorar la pérdida de ese bebé con la nariz de papá, es importante cerrar el proceso de duelo para enfrentarse al camino de la adopción.

Del mismo modo plantearse una vida sin hijos, después de atravesar un proceso de reproducción asistida, necesita de tiempo e incluso ayuda especializada, como la de los profesionales de la psicología.

Para las parejas que están atravesando los tratamientos de fertilidad escuchar frases como ‘Sino siempre podéis recurrir a la adopción’, puede dejarnos sin respuesta y revolvernos internamente. Algunas frases que podemos decir en esos momentos pueden ser: ‘La adopción es una opción que puede que considere. Pero primero tengo que aceptar la pérdida de la posibilidad de tener hijos biológicos, antes de considerar otra cosa’, o ‘He pensado mucho sobre la adopción y he decidido que eso no es para mí, y estoy planteándome una vida sin hijos, si no puedo finalmente concebir un niño’.

 

Eva Labarta

Psicóloga