Es una técnica sencilla y rápida que consiste en depositar dentro de la cavidad uterina una muestra de semen de la pareja previamente lavado y capacitado en el laboratorio. Se realiza en consulta de forma fácil y tras reposo inicial de unos minutos, la paciente volverá a su domicilio con indicación de hacer vida normal.
La tasa de embarazo por ciclo con esta técnica es del 15-20% y se recomienda realizar hasta un máximo de 4 para conseguir tasas acumuladas de éxito mayores. Para poder realizarla es preciso que el semen tenga unos parámetros seminales mínimos que aseguren su calidad y que al menos exista una trompa de Falopio funcionante. Puede hacerse en un ciclo natural sin tratamiento en aquellas mujeres que ovulan correctamente, pero se consiguen mejores resultados al estimular la ovulación, si bien hay que controlar el posible riesgo de embarazos múltiples.
Para reducir este riesgo y conocer el momento adecuado en que se producirá la ovulación, son necesarias ecografías en días alternos y en un número que no suele superar las cinco. El día de la ovulación realizaremos la inseminación preparando previamente una nueva muestra de semen que seleccione los espermatozoides con mayor capacidad fecundante. Es posible también trabajar con una muestra seminal de la pareja previamente congelada si preveemos algún problema para disponer de ella el día de la inseminación.