¿En qué consiste la técnica?
La aplicación de radiofrecuencia provoca un aumento de temperatura de entre 60 y 100 grados en el tejido que determina una necrosis coagulativa de las proteínas del mioma consiguiendo la desnaturalización de estas y destrucción del mioma.
El uso de radiofrecuencia para la destrucción de tejidos, sobre todo tumores, está ampliamente extendido en la medicina constituyendo actualmente la técnica de elección en el tratamiento de tumores hepáticos, tiroideos y pancreáticos entre otros.
¿Cómo se realiza el procedimiento?
La ablación por radiofrecuencia de miomas se realiza mediante punción transvaginal, al igual que se hace la recuperación de ovocitos en los ciclos de fecundación in vitro. Bajo sedación o anestesia locoregional (epidural), se realiza la punción del mioma con una aguja en cuyo extremo se encuentra el electrodo de radiofrecuencia. El procedimiento dura unos 15 minutos. A las 2 horas, una vez ha pasado el efecto de la sedación, la paciente es dada de alta pudiendo volver a realizar sus labores habituales entre 24 y 48 después del procedimiento.
¿Cuáles son los resultados esperables?
La bibliografía publicada, y nuestra propia experiencia, muestra una reducción del volumen del mioma a los 6 meses del 70%. En miomas con volumen menor a 40 cm3 (4 cm de diámetro) en el 50% de los casos se consigue la desaparición completa del mismo.
Desde el primer mes se notifica una disminución manifiesta del sangrado que las pacientes refieren un 60% menor al previo tanto en duración como en intensidad de este.
¿Cuándo está indicada?
Los mejores resultados se obtienen en miomas tipos 0 a 4 de la FIGO,(miomas submucosos o intramurales) de entre 1 y 6 cm y con un máximo de 3 miomas. La única contraindicación absoluta es el mioma tipos 5 y 6 de la figo (subserosos) por el riesgo de quemadura en estructuras adyacentes al útero. Los miomas mayores de 6 cm, aunque reducirán significativamente su tamaño, tal vez se beneficien más de otras técnicas quirúrgicas para su desaparición completa.
La principal ventaja de la técnica frente a la cirugía es su escasa invasividad y la ausencia hasta el momento de complicaciones graves. Esto, la hace especialmente atractiva para pacientes que no deseen cirugía mayor y que quieran evitar el tratamiento médico prolongado o en aquellas con deseos genésicos que no deseen asumir el riesgo de histerectomía intrínseco a la miomectomía. También puede ofrecer ventajas en pacientes con riesgos anestésicos elevados al poder realizarse bajo anestesia locoregional.
Esta técnica puede complementarse con otras como la miomectomía histeroscópica o el tratamiento médico para abordar miomas más complicados.